Un granjero llama al veterinario para preguntar por qué sus puercas no salen preñadas y el veterinario le habla sobre la inseminación artificial.
El hombre dentro de su ignorancia le sigue la corriente sin haber entendido una palabra y le responde que va a probar este método.
Además, pregunta cómo sabrá cuando las puercas están embarazadas y el veterinario le dice que él se dará cuenta porque las puercas se echarán en el pasto. Pero el granjero decide que en vez de utilizar las manos para inseminar a las puercas es mejor utilizar el pene.
Ese mismo día el hombre monta las puercas en el camión, las lleva al bosque y hace el amor con cada una de ellas y regresa a su casa.
Al otro día se levanta y va a ver si alguna puerca está echada y las ve todas de pié. Monta de nuevo las puercas en el camión, las lleva al bosque y por seguridad hace el amor dos veces con cada una de ellas. Y al otro día...y al otro día.....
En la mañana el hombre estaba tan cansado que no se podía levantar y le dice a la esposa que vea si alguna puerca está echada.
La mujer regresa y le dice:
'Ninguna está echada, todas están montadas en el camión y hay una que está tocando bocina'.
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