SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es un síntoma que afecta a los humanos infectados por VIH (Virus de Inmunodeficiencia humana). Se dice que una persona padece SIDA cuando su organismo, debido a la inmunodepresión provocada por el VIH, no es capaz de ofrecer una respuesta inmune adecuada contra las infecciones.
Cabe destacar la diferencia entre estar infectado por el VIH y padecer SIDA. Una persona infectada por el VIH es seropositiva, y pasa a desarrollar un cuadro de SIDA cuando su nivel de Linfocitos T CD4 (que son el tipo de célula al que ataca el virus) desciende por debajo de 200 células por mililitro de sangre.
El SIDA se detectó en Estados Unidos a comienzos de los años ochenta, inicialmente en hombres que acudieron a la asistencia sanitaria con un cuadro (síndrome) de infecciones múltiples donde el sistema inmune de los mismos no daba respuestas y la medicación convencional no lograba estabilizar la descompensación. Ya en los noventa el síndrome se había convertido en una epidemia mundial. En la actualidad la mayoría de las víctimas de la enfermedad son hombres y mujeres heterosexuales, y niños de países en vías de desarrollo.
En la actualidad se considera a la infección por VIH incurable, aunque existen medicamentos antirretrovirales que son capaces de contener dicha infección. En los países desarrollados, los infectados pueden llevar una vida totalmente normal, como un enfermo crónico, sin desarrollar un cuadro de SIDA gracias al tratamiento; sin embargo, en otras partes del globo donde no están disponibles estos medicamentos (África, por ejemplo) los infectados desarrollan SIDA y mueren pocos años después de haber sido diagnosticados.
El VIH se transmite a través de los fluidos corporales, tales como sangre, semen, secreciones vaginales y la leche materna. Es capaz de infectar las células T CD4+, un tipo de leucocito que coordina la respuesta inmune a las infecciones y al cáncer. Cuando la cantidad de células T CD4+ de una persona disminuye lo suficiente, esa persona queda susceptible de sufrir enfermedades que una persona sana sería capaz de rechazar. Estas enfermedades son, principalmente, infecciones oportunistas y ciertos tipos de cáncer, y, habitualmente, son la causa de muerte de los que padecen el SIDA. El VIH, además, es capaz de infectar células cerebrales, causando algunos desórdenes neurológicos.
Enfermedades asociadas con el SIDA
El VIH se multiplica, después de la fase aguda primaria de la infección, en los órganos linfoides, sobrecargándolos con un esfuerzo que termina por provocar una reducción severa de la producción de linfocitos. El debilitamiento de las defensas abre la puerta al desarrollo de infecciones oportunistas por bacterias, hongos, protistas y virus. En muchos casos los microorganismos responsables están presentes desde antes, pero desarrollan una enfermedad sólo cuando dejan de ser contenidos por los mecanismos de inmunidad celular que el VIH destruye. Ninguna de estas enfermedades agrede sólo a los VIH positivos, pero algunas eran casi desconocidas antes de la epidemia de VIH y en muchos casos las variantes que acompañan o definen al SIDA son diferentes por su desarrollo o su epidemiología.
- Candidiasis, tanto diseminada como del esófago o los pulmones.
- Coccidiodomicosis, diseminada o extrapulmonar.
- Criptococcosis extrapulmonar.
- Criptosporidiosis intestinal crónica.
- Infección por citomegalovirus, tanto diseminada como la retinitis.
- Infección por virus Herpes simplex, puede ser crónica o en forma de bronquitis, pneumonitis o esofagitis.
- Bronquitis.
- Histoplasmosis, ya sea diseminada o extrapulmonar.
- Demencia relacionada con el VIH (encefalopatía por VIH).
- Isosporiasis intestinal crónica.
- Linfoma de Burkitt.
- Infección por el complejo Mycobacterium avium (MAC).
- Neumonía por Pneumocystis jiroveci.
- Septicemia por Salmonella recurrente.
- Toxoplasmosis neurológica.
Estado actual
A comienzos del siglo XXI, el SIDA se comenzo a convertir en una pandemia (epidemia mundial), la cual afecta a personas de todos los continentes, y en la mayoría de los países no muestra signos de disminución. Para el 2003 se estimo que había más de 40 millones de personas seropositivas y que ya han muerto cerca de 19 millones por enfermedades relacionadas con el SIDA.
En los países occidentales el índice de infección con VIH ha disminuido ligeramente debido a la adopción de prácticas de sexo seguro por los varones homosexuales y (en menor grado) a la existencia de distribución gratuita de jeringas y campañas para educar a los usuarios de drogas intravenosas acerca del peligro de compartir las jeringas. La difusión de la infección en los heterosexuales ha sido un poco más lenta de lo que originalmente se temía, posiblemente porque el VIH es ligeramente menos transmisible por las relaciones sexuales vaginales —cuando no hay otras enfermedades de transmisión sexual presentes— que lo que se creía antes.
Sin embargo, desde fines de los años noventa, en algunos grupos humanos del Primer Mundo los índices de infección han empezado a mostrar signos de incremento otra vez. En el Reino Unido el número de personas diagnosticadas con VIH se incrementó un 26% desde 2000 a 2001. Las mismas tendencias se notan en EE.UU. y Australia. Esto se atribuye a que las generaciones más jóvenes no recuerdan la peor fase de la epidemia en los ochenta y se han cansado del uso del condón.
En países subdesarrollados, en particular en la zona central y sur de África, las malas condiciones económicas y la falta de educación sexual debido a causas principalmente religiosas, dan como resultado un altísimo índice de infección. En algunos países más de un cuarto de la población adulta es VIH-positiva; solamente en Botswana el índice llega al 35,8% (estimado en 1999, fuente en inglés World Press Review). Sin embargo, hay quien pone en duda las altas tasas estimadas de incidencia de SIDA en África, como el médico austríaco Christian Fiala, dado que ésta se diagnostica casi siempre sin pruebas virales, debido a su coste, y basándose en síntomas no específicos que pueden ser causados por desnutrición o diarreas, o por otras enfermedades como tuberculosis.
Las tasas de infección de SIDA también han aumentado en Asia, con cerca de 7,5 millones de infectados en el año 2003. En julio de 2003, se estimaba que había 4,6 millones de infectados en India, lo cual constituye aproximadamente el 0,9% de la población adulta económicamente activa. En China, la cantidad de infectados se estimaba entre 1 y 1,5 millones, aunque algunos creen que son aún más los infectados. Por otra parte, en países como Tailandia y Camboya se ha mantenido constante la tasa de infección por VIH en los últimos años.
Prevención
A pesar del miedo al contagio casual con el virus VIH, el riesgo de infección se elimina casi completamente siguiendo precauciones simples y se elimina completamente evitando la transfusión de sangre y el compartir jeringas.
La única causa de la transmisión es el intercambio de fluidos corporales, en particular la sangre y las secreciones genitales. El virus VIH no se puede transmitir por la respiración, el contacto casual por el tacto, dar la mano, abrazar, besar en la mejilla, masturbarse mutuamente con otra persona o compartir utensilios como vasos, tazas o cucharas. En cambio es teóricamente posible que el virus se transmita entre personas a través del beso boca a boca, si ambas personas tienen llagas sangrantes o encías llagadas, pero ese caso no ha sido documentado y además es considerado muy improbable, ya que la saliva contiene concentraciones mucho más bajas que por ejemplo el semen, y también porque la saliva tiene propiedades antivirales que hacen que destruya al VIH.
El contagio de VIH por las relaciones sexuales ha sido comprobado de hombre a mujer, de mujer a hombre, de mujer a mujer y de hombre a hombre. El uso de condones de látex se recomienda para todo tipo de actividad sexual que incluya penetración. Es importante enfatizar que es el condón hecho del material látex el que se debe usar, pues otro condón ("de carnero") que existe en el mercado, hecho a base de material orgánico, no es efectivo para la prevención.
El sexo anal, debido a la delicadeza de los tejidos del ano y la facilidad con la que se llagan, se considera la actividad sexual de más riesgo. Por eso los condones se recomiendan también para el sexo anal. El condón se debe usar una sola vez, tirándolo a la basura y usando otro condón cada vez. Debido al riesgo de rasgar (tanto el condón como la piel y la mucosa de la paredes vaginales y anales) se recomienda el uso de lubricantes con base acuática.
Se sabe que el VIH también se trasmite cuando se comparten agujas entre usuarios de drogas intravenosas, y éste es uno de las formas más comunes de transmisión. Todas las organizaciones de prevención del SIDA advierten a los usuarios de drogas que no compartan agujas, y que usen una aguja nueva o debidamente esterilizada para cada inyección.
Los trabajadores médicos pueden prevenir la extensión del VIH desde pacientes a trabajadores y de paciente a paciente, siguiendo normas universales de asepsia o aislamiento contra sustancias corporales, tales como el uso de guantes de látex cuando se ponen inyecciones o se manejan desechos o fluidos corporales, y lavándose las manos frecuentemente.
1 comentários:
Animo y resignacion para lo que padesen de ese mal.Respecto al texto chilisimo
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