La bandera, es en su más alta significación, el símbolo de nacionalidad y representación de una nación. En el ejército, esta es el símbolo de la lealtad y el respeto, y de igual manera es el más preciado emblema de las virtudes militares del cuerpo al cual pertenece. Según el criterio de los etimologistas, la palabra bandera procede de la voz española banda, y latina bandum (o bandus), lo que significaba originariamente cinta, lazo, tira, propia para atar o ligar. Dicho símbolo en sus orígenes estaba ligado a la acepción de parcialidad o gente que seguía a un partido.
Un pedazo de tela colgado a un palo, y muy visible por su color o por su forma, sirvió ya en la más remota antigüedad a los pueblos en sus agrupaciones de guerreras para distinguir entre sí las diferentes fracciones del ejército y para la formación de su orden de batalla. La historia de la bandera, por consiguiente, va unida íntimamente con la de las insignias o signos convencionales usados por los hombres para diferenciarse en sus eternas luchas. Son estas luchas tan antiguas como el hombre.
La primera bandera apareció con el primer pueblo, con la primera tribu que hizo la guerra. La necesidad de reunirse para formar un grupo con un proyecto determinado debió producir el deseo de usar algo -un objeto, una figura, una imagen- que sirviera de señal para congregarse alrededor de ella. Esta señal, signo de un propósito físico, pasó a indicar o sugerir una idea común, un ideal: creando así el símbolo. La necesidad y el valor de este símbolo llego a ampliarse cuando el ejercito ganador vencía a su oponente para luego implantarse la bandera como símbolo de victoria. Además de enorgullecer a quienes la habían plantado, sirvió de estímulo para emprender nuevos proyectos, nuevas hazañas.
La representación más antigua que parece conocerse de la bandera como agrupación étnica o de pueblo, procede de Egipto. En las pinturas de cerámica descubierta en las tumbas de la época primaria de aquel país, donde se representan chozas de las tribus aborígenes, aparecen sistemas rudimentarios de defensa, y por sobre ellos, una bandera flotando al impulso del viento con la imagen de un animal sagrado.
Este mismo símbolo aparece entre los indostánicos y, posteriormente, entre los tebanos, los asirios, los medos, los partos, los armenios, las tribus de Israel, los griegos y los romanos, quienes fueron los que realmente le dieron el significado contemporáneo. De ellos la adoptaron los germanos y los galos. Según creencia popularizada, la más antigua de las banderas nacionales actuales es la de Dinamarca, cuyo uso se remonta al año 1219.
La mayor parte de las banderas nacionales, aun cuando su uso fuera anterior, se adoptaron oficialmente en el siglo XX. En la actualidad las banderas son el símbolo más valorado y respetado de un país, región, institución o empresa, el cual debe ser respetado y apreciado por todas las personas que formen parte de dichos grupos.
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